domingo, 22 de abril de 2012

montaña rusa

Después de lo de la leche de crecimiento y la peor hora de mi vida, solo quedaba tener que subirme a la montaña rusa para tener un verano muy emocionante y aterrador.
Todo fue un error, mis amigos me obligaron a subirme, no me obligaron, pero estaban delante cuando dije que me iba a subir.
Nunca había pensado que algún día tendría la ocasión de subirme a ese vagón malvado, en el que había gente que casi muere, porque muchas veces se habían quedado parados arriba, ¡durante dos o tres segundos!
El caso es que me subí, yo me había sentado en el asiento de atrás del vagón, y mis amigos en el de delante, me pusieron la barra de seguridad, ya era demasiado tarde. Me dijeron que no era peligroso, pero si no lo era, ¿por qué había barras de seguridad?
Delante de mi vagón habían cuatro más, iban pasando todos, no me dejaron bajar, no me dejaron despedirme de mi familia. De repente, el vagón empezó a arrancar, solo me quedaban unos segundos antes de saber lo que es subirme a la montaña rusa. Lo peor fue ir cuesta arriba, parecía que te ibas a caer dando volteretas, y no quería tener que juntar la peor hora de mi vida con la montaña rusa. Ya arriba, unos segundos antes de caer en picado, pensé que iba a morir, pero la verdad es que me gusto mucho, pero aún así tenía miedo porque cada vez que alguien se subía, la montaña rusa temblaba.
Me subí ocho veces más, por la noche no podía dormir, todo me daba vueltas.

domingo, 15 de enero de 2012

La peor hora de mi vida

Este verano me apunté a atletismo y a clases de baile, pero terminé sin hacer ninguna de las dos cosas, en realidad nunca llegué a apuntarme a atletismo.
Tenía que decidir cuál de las dos cosas quería hacer, por que las clases eran en sitios diferentes y había que apuntarse el mismo día.
Después de haber pensado durante dos largos, largos, largos minutos decidí que iba a ir a baile, aunque solo se suponía que iba a ser baile.
El primer día y el último que fui, pensaba que lo peor que me podía pasar era tener que subirme a la montaña rusa, estaba equivocada.
Cuando entré, todo parecía muy raro, no parecía una clase de baile, la gente que había allí estaba haciendo volteretas.
Pero bueno, yo entré, en qué estaba pensando.
La que iba a ser nuestra profesora, cerró la puerta, y después nos dijo que se habían equivocado y no era baile, era gimnasia rítmica, y yo que no se hacer ninguna voltereta, tendría que haber aprendido cuando tuve ocasión, pero ya era demasiado tarde.
Después de haber visto pasar mi vida por delante unas cuántas veces, me di cuenta de que mi peor pesadilla no era subirme a la montaña rusa, era estar allí, pensé en huír unas tres veces, pero no pude, y pensé que si salía viva de allí, sin el cuello, la mano o la pierna rota, me subiría a la montaña rusa.
Me pusieron en una colchoneta a parte y al final de la clase me tuve que poner colgando de una barra y me quedé yo sola en la clase porque no podía bajar.

domingo, 13 de noviembre de 2011

un sueño de pesadilla

Mis sueños no son muy normales, el otro día tuve uno, pero no sé si era un sueño o una pesadilla, fue así:
Una amiga y yo estabamos en una casa, de repente, tocaban el timbre y abriamos la puerta, era el cartero, y a mi amiga le regalaban una escuadra y a mi un cartabón y luego se cortó la imágen.
Después en la pista del colegio, aparecían dos catapultas, Sebas y Viki metian a dos compañeros de clase en las catapultas y les mandaban al espacio.
Un segundo después, Sebas le dijo a Viki que se le había olvidado ponerles los trajes espaciales, a continuación caía una hoja del cielo que ponía que los dos chicos que habían mandado al espacio habían muerto.
Luego, apareciamos Ángela y yo justo al lado de donde esta el aula de inglés en el colegio, después, Ángela y yo nos caíamos por un pozo y llegamos a una sala oscura, una voz nos dijo que en realidad era un espejismo y que no nos habíamos caído por ningún pozo.
En la sala hubo un tornado, y aparecí en un prado, ya no estaba Ángela conmigo, estaba Viki.
Le pregunté por qué estaba ella allí, y ella me dijo que había estado ella todo el rato conmigo.
Vimos unos muñecos de color amarillo, y cuando nos acercamos empezaron a moverse.
Seguimos caminando y encontramos unos baños, estaban inundados pero no se salía el agua yo tocaba una maceta y me hacia pequeñita, entonces me metía dentro y ya no estaba Viki conmigo, delante de mi estaba una de mis profesoras que me decía que ella no me obligaba a hacer matemáticas, entonces yo me iba corriendo y veía a otra profesora, me decía que en realidad no había estado en un país mágico, que había estado dando vueltas al colegio con mi imaginación.
Luego aparecieron los que habían muerto y yo les pregunté ¿no ós habiaís muerto?
Ellos también me dijeron que no había estado en un país mágico, que había dado vueltas al colegio con mi imaginación.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Leche de crecimiento

 El otro día, mi prima se quedó a dormir a casa, por la mañana se despertó y vino hasta mi habitación a
despertarme a mí.                                                                                                                                        
Mi madre y mi tía estaban durmiendo y les dejé dormir.
Mi prima va a cumplir dos años dentro de muy poco.
Pusimos música en mi habitación y bailamos un rato, hasta nos inventamos un saludo secreto.
Al rato pensé que mi prima tendría ganas de desayunar, y le intenté hacer el biberón, pero había un problemilla, ¡no sé hacer biberones!
Lo intenté, primero había que poner la leche en el biberón, eso lo pude hacer.
Después, había que cerrar el biberón y la parte de arriba con la de abajo no encajaba, así que no tuve una idea mejor que la de pasar la leche, que por cierto era de crecimiento, a un vaso de cristal.
Pensaba darle la leche dentro del vaso de cristal, pero si el vaso se rompiera no quiero ni pensar lo que hubiera pasado.
Del vaso la pasé otra vez al cartón de la leche.
Mi prima y yo estuvimos viendo la tele un rato, y yo volví a pensar que tenía hambre, y me volvió a salir todo mal.
Al final decidí darle una galleta y guardarlo en secreto, pero el suelo de la cocina aún está un poco pringoso de la leche que se cayó al suelo y algún día se descubrirá toda la verdad.
Pero, si queréis crecer, tomad de esa leche, que yo la probé y he crecido dos centimetros y medio.

domingo, 12 de junio de 2011

Las alas de mis sueños

Cada vez que tengo una pesadilla y quiero despertarme, tengo que decir las palabras mágicas, que son, ¡vuela Pegaso!
Antes, cuando decía las palabras mágicas venía Pegaso, que es un caballo volador que sale en muchas pelis.
Ahora tengo mis propias alas, y puedo salir cuando yo quiera, si digo las palabras mágicas me voy volando hasta una estrella que hay siempre aunque sea de día.
Una vez tenía una pesadilla en que yo ya tenía cuarenta años y una gran mansión a las afueras de un pueblo que siempre estaba nublado.
Salí en mi coche y apareció un monstruo horrible como todos, esa vez se me olvidó decir las palabras mágicas.
Cuando en vez de una pesadilla tengo un sueño también tengo mis alas de angelito por si acaso, hay que prevenir antes de tener que luchar con un monstruo feroz y malvado.

domingo, 15 de mayo de 2011

Los coches voladores

En la última historia que era la de el sueño de mi sueño, la bruja estaba subida en un coche volador inventado en Magicui.
La forma del coche volador es como media calabaza bastante grande y debajo una nube, pero no son las tipícas nubes que hay en el cielo, son nubes mecánicas.
Las de Malvacui son negras y grises, y las de Magicui son doradas. Antes era al revés, pero las Super Gatas y el mago Sebas lo cambiamos.
Nos gusta cambiarlo todo, y también el dorado.
Para aprender a conducir un coche volante, no hay que ir a la autoescuela, hay que ir a la vueloscuela. Conducir un coche volante es divertido, pero prefiero las motos super todo.
Las motos super todo pueden ir por el agua, el aire y por la tierra, y pueden volar tan alto como para sobrepasar el muro que separa Magicui y Malvacui.
Y para aprender a conducir una super moto hay que ir a una motosupermegaescuela.

domingo, 1 de mayo de 2011

El sueño de mi sueño

                                                              


El otro día, por la noche, cuando me fui a dormir, soñe que nos íbamos a ir con la clase a un pueblo a pasar una noche, en ese pueblo, cada año celebraban una fiesta de la edad media que duraba un mes.
La habitación del hotel era de cuatro personas, y me tocó con Viki, Victoria y Lola, los de sexto, iban a pasar por todas las habitaciones disfrazados de la edad media.
No parábamos de hablar, estábamos al final del pasillo de la última planta del hotel, era lógico que tardaran en llegar.
De tanto esperar me quedé dormida, y cuando me dormí aparecí en la misma sala con Viki, Victoria y Lola.
De repente, tocaron a la puerta y entraron un montón de brujas.
Nos dimos cuenta de que no era ni la profe ni nadie del colegio, en ese momento, solo tenía dos opciones:
1. Salir del sueño de mi sueño y después salir al mundo real. O 2. ¡Correr!
Decidí correr, además era un sueño, en cualquier momento podía despertar.
Vimos que toda la clase salía de sus habitaciones corriendo y gritando, a todos les había pasado lo mismo.
Sólo nos seguía una bruja, pero llevaba gaviotas de medio metro.
Fuimos corriendo por un camino en la montaña, detras nos seguía la bruja, estaba en un coche de aire, se inventaron en Magicui, pero eso ya os lo contare otro día.
La bruja lanzaba gaviotas, el suelo se estaba llenando de gaviotas, los picos de las gaviotas de dos metros, se clavaban en el cuerpo.
A María se le clavo una en la mano, a Daniel en la pierna...
Una gaviota me aterrizó en la cabeza, y la verdad, ¡duele!
Después de eso, le dije a la profe, me largo de aquí.
Para eso tuve que cerrar muy fuerte los ojos, pero desperté en la habitación del hotel, porque se suponía que eso lo había soñado, me asusté al ver que no estaban mis amigas, y pensé, ahora de verdad, quiero salir, y por fin llegué a la tierra, eso sí, me dolía la cabeza.