domingo, 15 de enero de 2012

La peor hora de mi vida

Este verano me apunté a atletismo y a clases de baile, pero terminé sin hacer ninguna de las dos cosas, en realidad nunca llegué a apuntarme a atletismo.
Tenía que decidir cuál de las dos cosas quería hacer, por que las clases eran en sitios diferentes y había que apuntarse el mismo día.
Después de haber pensado durante dos largos, largos, largos minutos decidí que iba a ir a baile, aunque solo se suponía que iba a ser baile.
El primer día y el último que fui, pensaba que lo peor que me podía pasar era tener que subirme a la montaña rusa, estaba equivocada.
Cuando entré, todo parecía muy raro, no parecía una clase de baile, la gente que había allí estaba haciendo volteretas.
Pero bueno, yo entré, en qué estaba pensando.
La que iba a ser nuestra profesora, cerró la puerta, y después nos dijo que se habían equivocado y no era baile, era gimnasia rítmica, y yo que no se hacer ninguna voltereta, tendría que haber aprendido cuando tuve ocasión, pero ya era demasiado tarde.
Después de haber visto pasar mi vida por delante unas cuántas veces, me di cuenta de que mi peor pesadilla no era subirme a la montaña rusa, era estar allí, pensé en huír unas tres veces, pero no pude, y pensé que si salía viva de allí, sin el cuello, la mano o la pierna rota, me subiría a la montaña rusa.
Me pusieron en una colchoneta a parte y al final de la clase me tuve que poner colgando de una barra y me quedé yo sola en la clase porque no podía bajar.